
La formación de calidad brinda al ser humano habilidades cognitivas y lingüísticas básicas y fomenta el desarrollo y el aprendizaje físico y social-emocional.
A pesar del enorme aumento de la riqueza y los rápidos cambios tecnológicos, existen deficiencias considerables que obstaculizan el desarrollo social en todo el mundo. Una de esas deficiencias es la oportunidad de acceder a la educación. La educación puede considerarse un requisito básico para una existencia humana digna. La educación transforma vidas y es fundamental para mejorar la calidad de vida y el bienestar humano. Sin habilidades para el aprendizaje permanente, en muchas partes del mundo, las personas enfrentan mayores obstáculos para obtener ingresos y para encontrar empleo.
Las dificultades para acceder a un empleo formal, que garantice condiciones económicas y de vida decentes, se multiplican en el caso de población de bajos recursos, que no puede acceder a servicios formativos adaptados a su realidad. Estas barreras aumentan en el caso de ser mujer, o de haber tenido un entorno familiar y social de riesgo.
Las barreras de entrada en las empresas, fuente de empleo cualificado, son muy elevadas en el caso de población vulnerable, que no ha podido especializarse, que no cuenta con una profesión, y que, como en la mayoría de los países en desarrollo, desde su infancia realiza trabajos distintos cada día en el sector informal, manteniéndose al borde de la subsistencia.
Para AFROESTUDIANTES, consideramos que facilitar el acceso a formación es esencial para lograr un desarrollo económico y social, estable y digno. Así, promovemos la cualificación de personas de escasos recursos a través de programas de formación profesional, siempre orientados a la inserción laboral. Estadísticamente, las personas sin acceso a la educación tienen más probabilidades de sufrir resultados de salud adversos y menos probabilidades de participar en las decisiones que les afectan. La educación puede promover ideales de no violencia, igualdad y respeto mutuo y ha sido identificada como una clave en la construcción de la paz, por lo tanto consideramos fundamental que la formación esté vinculada a las demandas de personal cualificado de las empresas locales, sin dejar de lado las necesidades de la población más desfavorecida: mujeres cabeza de familia, etnias minotarias, población en zonas rurales, jóvenes en riesgo de exclusión social y personas con discapacidad.